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Aceptación

Aceptación

Maria Magdalena Peña Romero

Maria Magdalena Peña Romero

Publicado el 27 de mayo de 2025

Aceptar es un acto activo, una elección que nos permite soltar la lucha interna..

“¿Cuántas veces has sentido que luchas contra lo que no puedes cambiar?” Aceptar no significa rendirse. Es soltar la resistencia, dejar de pelear con la realidad y encontrar paz en el momento presente. Aceptar es abrirse a la vida tal como es, sin resignarse, sino eligiendo cómo responder a cada situación.

Recorrer este camino ha sido un viaje de altibajos, y cada vez comprendo más que soy quien crea mi propia realidad. Mis emociones siempre están presentes; a veces me dejo llevar por ellas, pero luego me detengo y reflexiono. La aceptación es un paso fundamental para vivir de manera consciente. De todas las actitudes que promueve el mindfulness, quizá la más importante sea precisamente esta: aceptar.

A menudo, resistimos la idea de aceptar las cosas tal como son. Pensamos que aceptar lo desagradable es rendirnos, pero en realidad, la aceptación no es debilidad ni resignación. En nuestra sociedad, confundimos aceptar con conformarnos. Sin embargo, aceptar es un acto activo, una elección que nos permite soltar la lucha interna, mientras que resignarse es ceder el control y culpar a factores externos. Aceptar nos da fuerza interna. No se trata de buscar culpables, sino de asumir nuestra responsabilidad. El primer paso es darnos cuenta de lo que ocurre en nuestra vida, reconocer que no podemos controlarlo todo ni cambiarlo todo. Nadie tiene el poder de dominar todas las circunstancias, pero sí podemos elegir cómo responder a ellas.

Aceptar la realidad significa decir “sí” a lo que ya es. No desde la rendición pasiva, sino desde una apertura sincera a lo que la vida nos trae. Cuando aceptamos, nos liberamos del peso de la resistencia y nos damos la oportunidad de un nuevo comienzo. Pero quizás lo más importante sea aprender a aceptarnos a nosotros mismos. Muchas veces nos juzgamos por cómo somos, deseando ser diferentes, ya sea en nuestra apariencia, nuestras habilidades o nuestras decisiones. Otras veces, nos aferramos a una imagen idealizada de nosotros mismos, cayendo en la soberbia. En ambos casos, nos alejamos de la verdad: simplemente somos. Aceptarnos también implica des identificarnos de nuestros pensamientos y juicios. Cuando dejamos de etiquetarnos, nos liberamos.

La clave está en diferenciar aceptación de resignación. Decir “soy así y no puedo cambiar” es resignación. En cambio, aceptar con conciencia nos permite discernir qué podemos transformar y qué debemos abrazar tal como es.

¿Te gustaría aprender a cultivar la aceptación e integrarla en tu vida diaria?

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Sobre el autor

Fotografía de Maria Magdalena Peña Romero

Maria Magdalena Peña Romero

Cofundadora y guía de mindfulness

Guía de mindfulness con amplia formación en psicología transpersonal. Acompaña procesos de sanación emocional y conexión interior desde la presencia amorosa y la sabiduría vivencial.